Si durante mucho tiempo, el Chief Financial Officer (CFO) fue visto como un simple cost-killer, permaneciendo en segundo plano y cuyo papel se resumía en llevar las cuentas y enviar reportes financieros, su campo de intervención se ha ampliado considerablemente en los últimos años. Ahora está en el centro del juego.
Un vistazo a las evoluciones de esta función, que se ha convertido en decisivamente estratégica, independientemente del tipo de empresa.
Cómo la digitalización ha revolucionado el papel del CFO
Hace unas décadas, el CFO estaba dedicado al 100% a actividades de gestión diaria: estados financieros de la empresa, seguimiento de la contabilidad, elaboración de reportes financieros, control de costos, o gestión de la conformidad regulatoria.
De hecho, se hablaba menos de CFO que de DAF (Director Administrativo y Financiero). Una denominación francesa que hacía hincapié en el aspecto administrativo del puesto, haciendo referencia a tareas muy operativas.
Pero la aparición de herramientas digitales, acelerada en los últimos años por la pandemia, ha cambiado profundamente las reglas del juego. De hecho, un gran número de estas tareas han sido simplificadas, si no automatizadas, por la adopción de soluciones digitales. Esto especialmente con el despliegue de los ERPs, que centralizan todas las herramientas necesarias para la gestión de una empresa: contabilidad, seguimiento de inventarios, gestión de recursos humanos, compras…
Muchas tareas operativas, que anteriormente requerían horas de introducción manual, ahora se realizan en unos pocos clics.
Resultado: los CFOs han ganado en productividad y los tiempos ahorrados ahora se pueden dedicar a misiones de mayor valor añadido. De ahí una fuerte evolución de su papel dentro de la empresa.
El CFO, un socio comercial ahora enfocado en el análisis de datos y la predicción
Según el barómetro CFO Digital publicado en 2021 por Itesoft, el 55% de los DAF consideran que el área a reforzar prioritariamente es su capacidad para obtener datos de calidad para responder a sus necesidades urgentes de gestión y ayudar en la toma de decisiones estratégicas.
El CFO debe, por lo tanto, más que nunca apoyarse en los datos. Debe ser capaz de acceder a la información correcta, en el momento adecuado, y usarla para guiar las decisiones tanto operativas como estratégicas de su empresa.
Sus antiguas misiones relacionadas con la elaboración de cuentas, el reporting, el control de costos, etc., no han desaparecido. Pero a estas actividades recurrentes ahora se suman proyectos estratégicos y de alto valor añadido para la empresa. Más allá de los simples balances contables, el CFO debe concentrarse en el análisis y aportar soluciones y consejos concretos a las áreas de negocio.
Los desafíos del CFO están muy relacionados con la previsión, la gestión de la tesorería, por ejemplo, se vuelve cada vez más compleja y estratégica, y debe apoyarse en herramientas analíticas, de inteligencia de negocio y de visualización de datos para poder aportar información clave, optimizar la toma de decisiones y convertirse en un verdadero socio comercial.
Debe acompañar el cambio a todos los niveles de la empresa: estrategia de inversión, modelos operativos, cadena de suministro, desafíos de reclutamiento, gestión de riesgos, control de costos, e incluso RSE (responsabilidad social empresarial).
¿Y mañana, qué papel para el CFO?
La digitalización de la profesión de CFO está lejos de haber llegado a su fin. Por ejemplo, las nuevas tecnologías emergentes ya comienzan a impactar los departamentos financieros de las empresas.
Por ejemplo, el 56% de los CFOs ya han adoptado o están trabajando actualmente para integrar en sus métodos la Automatización Robótica de Procesos (RPA), según el estudio CFO 4.0 publicado en 2021 por Bearing Point. La RPA, pero también la IA, el machine learning o incluso la blockchain continuarán sin duda evolucionando el papel de CFO en los próximos años.
¿Cómo? Simplificando aún más las tareas operativas y haciendo posible análisis predictivos aún más avanzados.
El papel del CFO del mañana ganará aún más importancia. Evolucionará hacia un verdadero papel de estratega capaz de mostrar visión y creatividad. Deberá establecer un rumbo para la empresa y proporcionar un marco útil para todas las decisiones.
Las competencias clave para el CFO de hoy y de mañana
Quien dice nuevo rol, dice nuevas competencias para el CFO. Entre las habilidades y rasgos de personalidad que realmente marcarán la diferencia, destacan sobre todo:
- La capacidad de seguir las evoluciones tecnológicas: Los CFOs deben ser capaces de seguir el ritmo y formarse, por ejemplo, en los fundamentos de la ciencia de datos o en inteligencia de negocio para aprovechar todas las ventajas que aportan estas disciplinas a su función.
- El liderazgo y la capacidad de comunicar: El CFO debe ser ahora una figura influyente y que trabaje su visibilidad dentro de la empresa. Debe mostrar pedagogía e involucrar a los equipos en torno a su visión.
- La comprensión de las operaciones y del modelo de negocio: Si debe adoptar una perspectiva estratégica y global, el CFO tiene mucho que ganar al mantenerse muy cerca de la realidad operativa de su empresa: comprender bien el producto o servicio, el perfil de los clientes, los desafíos del ciclo comercial, etc., ya que debe aportar insights financieros activables por las áreas de negocio.
- Las competencias de gestión: No es nuevo, pero el CFO debe ser capaz de rodearse de los mejores talentos para tener un verdadero impacto en la empresa. Por lo tanto, debe saber estructurar y fidelizar a un equipo cada vez más multidisciplinario.
Conclusión
Para resumir, el papel del CFO ha experimentado una revolución. La digitalización y el equipamiento de la función ha permitido una reducción considerable de las tareas operativas. La transformación del papel de CFO está lejos de haber concluido: ¡la función continuará su transformación a medida que avancen las tecnologías y la organización!